La intervención psicomotriz se orienta a favorecer un desarrollo global e integrado, considerando la interrelación entre el cuerpo, el movimiento, la afectividad y los procesos de simbolización. A través del juego corporal, el vínculo terapéutico y la exploración del espacio, se estimulan habilidades como la conciencia corporal, la coordinación, el equilibrio, la organización tónica y la expresividad motriz.

El abordaje promueve la construcción de la identidad, la seguridad en la acción, la autorregulación y el fortalecimiento del yo corporal, aspectos fundamentales para el desenvolvimiento del niño o niña en contextos vinculares, escolares y familiares. Las propuestas se adaptan al ritmo y necesidad de cada proceso, respetando su singularidad y etapa madurativa.